Imagen de Becharala con licencia CC BY-SA 4.0, desde Wikimedia Commons
Artículo original de Dimitar Dimitrov (Free Knowledge Advocacy Group EU). Traducido por Virginia Díez (Wikimedia España).
A principios de este año, en medio de nuestra lucha por mejorar la nueva directiva de derechos de autoría de la UE, perdimos la oportunidad de felicitar a la Comisión Europea por haber dado un paso positivo en la elección de licencias abiertas y gratuitas para sus publicaciones y datos. Nos gustaría corregir eso ahora.
El febrero pasado, la Comisión Europea definió dos licencias Creative Commons (CC) como las predeterminadas para la mayoría de los trabajos que publica:
- Una licencia Creative Commons Attribution 4.0 (CC BY 4.0) para todo el contenido.
- Dominio público universal de Commons (CC0) para datos en bruto, metadatos u otros documentos de naturaleza comparable.
La decisión de la Comisión Europea es un gran paso adelante para los bienes comunes digitales, y elogiamos su decisión de simplificar y facilitar que las personas reutilicen la información que se produce desde la institución.
Si bien la Comisión ya tenía reglas permisivas para reutilizar sus documentos, no exigía ninguna licencia de derechos de autor específica. Esto planteó la posibilidad de que el conocimiento en poder de la Comisión Europea se encerrara o bloqueara funcionalmente detrás de los requerimientos de diferentes licencias sobre derechos de autoría. La dificultad que esto implicaba para compartir, remezclar y reutilizar su contenido hacía peligrar el propósito de las licencias abiertas.
Esta nueva decisión asegura que ese escenario no deseado no sucederá, y que quienes reutilicen los contenidos de la Comisión solo necesitarán satisfacer los requisitos limitados de la licencia CC BY 4.0.
Aún así, es importante tener en cuenta que no toda la información producida por la Comisión tiene licencia libre. Las marcas registradas y las patentes, por ejemplo, no están cubiertas, y todos los documentos publicados por la Comisión sobre los que no posee los derechos están naturalmente excluidos. No sabemos si la Comisión está trabajando para cambiar su estrategia de adquisición de contenido para garantizar que la mayoría del contenido de terceros también tenga licencia libre, pero esta sería una iniciativa encomiable. También nos gustaría ver la implementación de reglas y decisiones compartidas y coherentes en torno a la reutilización de la información publicada tanto por el Consejo Europeo como por el Parlamento, que actualmente no tienen ninguna de ellas.
Al elegir lanzar sus trabajos bajo una licencia libre estándar, los servicios de la Comisión Europea se están convirtiendo en parte de los bienes comunes: la parte pública de Internet que permite a la ciudadanía y las personas que habitan la red compartir, ser creativos, jugar e innovar. Felicitaciones a la Comisión, y esperamos ver más acciones de este tipo en el futuro.